La jornada Subastas de renovables: Normas, experiencias y propuesta, organizada por Enerclub el pasado miércoles en Madrid, reunió a buena parte del sector eléctrico, así como a expertos financieros y jurídicos. Los expertos coincidieron en varios asuntos: el diseño de la subasta de renovables que se celebrará el próximo 17 de mayo es mejorable, el sector necesita visibilidad a largo plazo y es necesario modificar determinados aspectos del marco regulatorio actual para dotarlo de mayor estabilidad, fundamentalmente eliminando la posibilidad de que la rentabilidad razonable de los proyectos pueda cambiarse cada seis años.
Tras la inauguración, que corrió a cargo del presidente de Endesa, Borja Prado, intervino José López Tafall, director de Regulación de Acciona, que recordó que la compañía se adjudicó 700 MW en subastas alrededor del mundo –Chile, México, Australia…– sólo en 2016 y que su vocación al acudir a estas convocatorias es la de un inversor a largo plazo. “Hay subastas buenas y malas. Los objetivos con los que se convoca una subasta determinan su configuración y quién se presenta”, afirmó. Entre los aspectos que Acciona considera más importantes en el diseño de una subasta, López-Tafall destacó que la convocatoria esté alineada con los objetivos de política energética del país, que cuente con calendarios “conocidos”, que no sea neutral tecnológicamente, que se tenga claro lo que se subasta y que haya “criterios de seriedad” (precalificaciones previas y auditorías de cumplimiento a posteriori), entre otras cosas. “Antes de presentarnos, nos gusta saber qué vamos a ganar y por lo que vamos a competir”, señaló.
Rocío Sicre, country manager de EDP Renováveis, afirmó que España compite con otros países del entorno para atraer inversión en renovables, países que “han diseñado sistemas más sencillos que dan visibilidad a largo plazo”. La subasta española “introduce riesgos que no son controlables por el inversor, lo que implica exigir una rentabilidad mayor a los proyectos”, explicó. En este sentido, EDPR se inclina por subastas que proporcionen rentabilidad a largo plazo, que formen parte de la política energética del país, y en las que se subasten unidades de energía. “Lo importante es asegurar una rentabilidad para toda la vida útil regulatoria de las instalaciones”, indicó. En el caso de la próxima subasta que se va a celebrar en España, el hecho de que coincidan las fechas en que los proyectos han de estar funcionando con el final del primer periodo regulatorio y, por tanto, la previsible revisión de la rentabilidad razonable (diciembre de 2019) “limita la visibilidad y, por tanto, el acceso a la financiación en buenas condiciones”, concluyó.
Javier Rodríguez, director de Regulación España de Enel Green Power, destacó los aspectos que considera más importantes a la hora de acudir a una subasta. Por ejemplo, que existan criterios de precalificación ex ante, que se acrediten requisitos técnicos como generador de electricidad, y que haya un equilibrio entre el riesgo que se asume y lo que se puede ganar. En el caso español, indicó que existe una penalización que no se da en ningún otro sitio del mundo: “si te retrasas un día en la puesta en servicio del proyecto, lo pierdes todo, los avales, el régimen retributivo de 25 años… El castigo es desproporcionado”, afirmó. Respecto a la necesidad de calendarios que den visibilidad a los inversores, la justificó porque “es difícil para las empresas mantener equipos de desarrollo de negocio sin saber cuándo va a haber más negocio” y porque lo contrario genera un efecto llamada en el que algunos promotores toman más riesgo del que tomarían si tuviesen un calendario: “si hay visibilidad de varias subastas en próximos años y hay dudas de si un proyecto puede estar lo suficientemente maduro o no, lo racional es esperar a una subasta siguiente. Si no la hay, puede haber promotores que no tengan esa prudencia”. No obstante, señaló que “debemos ir a la subasta sin pensar que es la última oportunidad que tenemos. Quiero pensar que tendremos otra en breve”.
Javier Latorre, director de Regulación Global de la filial de Gas Natural Fenosa Global Power Generation, se refirió a dos aspectos controvertidos en la próxima subasta: la neutralidad y la posibilidad de que se hagan pujas agresivas. Sobre el primero, señaló que la subasta es “neutra en su definición”, pero no si se tienen en cuenta los parámetros. En relación al segundo, indicó que las expectativas de los agentes “son de racionalidad económica”.
Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), también destacó que la eólica necesita visibilidad y afirmó que la subasta le provoca al sector “sentimientos encontrados”: es una buena noticia que se celebre, pero está diseñada con visión cortoplacista. Asimismo, advirtió que el contexto en el que se celebra la subasta –sector paralizado, muchos proyectos maduros, sin calendario de subastas posteriores– propiciará que haya interés, pero también puede enviar señales equivocadas. “Otros países nos han adelantado por la derecha con procesos más sencillos e idóneos, por ejemplo con subastas diferenciadas por tecnología”, dijo. Sobre esto último, añadió que las subastas específicas tienen más ventajas que las neutrales y garantizan mejor la igualdad de oportunidades entre tecnologías. Destacó también la importancia de la estabilidad del marco regulatorio que rodea la subasta que, en este caso, no se da debido a que “la rentabilidad razonable de los proyectos puede cambiar”. Concluyó diciendo que la subasta no debe en ningún caso suponer una guerra entre tecnologías renovables: “Todas son necesarias y complementarias”.
Mesa redonda en la jornada de Enerclub Subastas de renovables: Normas, experiencias y propuesta
20/04/2017
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