El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha afirmado en una entrevista con La Sexta que el Gobierno alemán está aplicando medidas que, “sin ser exactamente el mismo sistema” que el previsto en España por la Reforma Energética, sí tienen como objetivo “reconsiderar el incentivo a las renovables”. Pero, por desgracia para España, las diferencias son muchas y muy llamativas.
La mayor se refiere a la retroactividad. Alemania, en su proyecto de ley de reforma de la Ley Renovable (EFG), deja claro que siendo consciente de que la curva de aprendizaje del sector avanza, los cambios no se pueden aplicar retroactivamente, sino SÓLO a las NUEVAS instalaciones. “Como todos estamos de acuerdo en el hecho de que los compromisos asumidos por el regulador no se pueden retirar retroactivamente, no tenemos más alternativa que pagar nuestra curva de aprendizaje”, señala el documento Key Elements of a Revised Renewable Energy Sources Act, que está en la web del Ministerio de Asuntos Económicos y Energía (BMWI) alemán.
Todo lo contrario que en España, donde la Reforma Energética se aplicará con efectos retroactivos desde el pasado 14 de julio cuando sea aprobada. Además, si sale adelante como ha sido planteada, dejará sin incentivos a todos los parques eólicos anteriores a 2005 y recortará considerablemente la retribución del resto. Y esto se ha hecho sin tener en consideración los datos reales del sector eólico.
El nuevo sistema que prevé Alemania, similar al que había en España para tecnologías como la fotovoltaica antes de la Reforma, será de aplicación progresiva “para asegurar que todas las partes afectadas tienen suficiente tiempo para adaptarse a los cambios”. El objetivo final para 2020 es pasar de un incentivo anual medio para las renovables de 132 euros/MWh a unos 80 euros/MWh (no está de más recordar que el incentivo de la eólica en España antes de la Reforma y que ahora se está cobrando a cuenta es de 44 euros/MWh, el tercero más bajo de Europa). En España no sólo no ha habido un periodo transitorio, sino que se ha dictado la norma sin diálogo alguno con el sector.
Alemania apuesta por las tecnologías más eficientes en costes, entre las que figura la eólica onshore. En España se penaliza a la eólica, la tecnología más eficiente, por encima de los demás sectores sin dar ninguna explicación.
Alemania revisa la ley actual para asegurar el desarrollo de las renovables en el futuro y conseguir “que el porcentaje de renovables en nuestro mix energético alcance el 40-45% en 2025 y el 55-60% en 2050 mientras se consigue también un suministro de electricidad para los hogares y la industria asequible y seguro”. En España, el objetivo de la norma es acabar con el déficit de tarifa, caiga quien caiga, sin pensar en absoluto en el futuro energético de nuestro país. Por no haber, no hay ni un Plan de Energías Renovables en vigor para los próximos años.
Alemania es escrupulosa con los compromisos internacionales: “Nuestro apoyo a las renovables es parte de un contexto europeo mayor”. En España la nueva regulación en tramitación incumple las directrices de la Comisión Europea en materia de apoyo al sector.
En definitiva, las dos regulaciones no pueden ser más diferentes, como lo serán sus consecuencias. Hoy Alemania es la primera potencia eólica europea por capacidad instalada y la segunda en generación. España es la segunda en potencia y la primera en generación. En unos años, Alemania seguirá en el ranking europeo y mundial gracias a unos dirigentes con visión estratégica. España habrá perdido el liderazgo mundial.
¿Dónde están las similitudes, Señor Ministro?
25/03/2014
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