Más eólica y menos petróleo igual a más ahorro y más consumo

Esta semana hemos sabido que los hogares gastaron más de lo que ingresaron en el primer trimestre del año, lo que no había ocurrido nunca desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) inició en 2000 la elaboración de la contabilidad nacional trimestral. Sin embargo, la tendencia se invirtió en junio por la caída del precio del petróleo.

Entre enero y marzo, la renta disponible de los hogares y las instituciones disminuyó el 1,3% en tasa interanual y alcanzó los 165.838 millones de euros durante el primer trimestre. Pero en el mes de junio, el ahorro creció, por primera vez en el año, en 200 millones de euros. Con las familias al límite de sus posibilidades por la presión fiscal, ésta es una gran noticia. Otra buena noticia de junio: el paro bajó en 98.953 personas, el mayor descenso en 16 años.

No es casualidad que, entre mayo y junio, el precio del crudo cayese nada menos que un 20%. Si tomamos como ejemplo el gasóleo, en abril costaba 1,38 euros el litro y en julio, 1,25. Si ese ahorro de 13 céntimos por litro se multiplica por el parque de vehículos, da como resultado 220 millones de euros, que equivale prácticamente al ahorro de las familias en junio.

Además, más de la mitad de los nuevos empleos de junio se generaron en el sector servicios, por lo que está claro que están ligados a un mayor consumo o al turismo (la bajada del precio del petróleo también significa más dinero para gastar para los turistas alemanes e ingleses y abarata también los vuelos)

Moraleja: la independencia energética no significa simplemente que un país deba importar menos combustibles fósiles con el consiguiente ahorro en el déficit público, que ya en sí es muy importante. También tiene un impacto directo en las personas y su calidad de vida. De ahí que sea cada vez más importante apostar por fuentes de energía autóctonas, gratis e inagotables. Como la eólica. Porque al final redundará en el bienestar de todos.